Julián Betancourt es profesor de la Universidad Nacional de Colombia, director del Museos de la Ciencia y el Juego de la misma universidad, creador de Liliput (Red de pequeños museos interactivos de Colombia y Ecuador) y fue por varios años Presidente de la Red Pop. Galardonado y premiado por su labor en la divulgación de la ciencia y la tecnología, es uno de los estudiosos y pensadores de la educación en los museos, así como de centros de ciencia y tecnología, de importante reconocimiento en América Latina.
Nos conto sobre el Museo de la Ciencia y el Juego, sobre su trabajo en estos 25 años, el modelo educativo, y la celebración del cumpleaños del mismo museo. Esto fue lo que nos dijo:
¿Brevemente qué es el Museo de la Ciencia y el Juego (MCJ)?
El MCJ es uno de los museos interactivos pioneros en la región. Sus exposiciones son realmente espacios de libertad y de juego. En su acción pionera logró abrir y afianzar el espacio para los museos interactivos de Colombia. En muchos sentidos los museos de este tipo que han surgido en Colombia son hijos, sobrinos y nietos del esfuerzo del MCJ y de la Universidad Nacional de Colombia, institución a la cual pertenece.
¿En estos 25 años como se ha concebido la educación dentro del MCJ?
La escolaridad promedio en nuestra región está en un poco más de 8 años, lo cual supone ingentes esfuerzos por brindarle a ese ciudadano de 8.5 años de escuela, espacios para que pueda continuar su formación como ciudadano. De ahí que para el MCJ ha sido importante la inclusión ya sea educativa, social o cultural tratando de llegar a muchos sitios marginados ya sea geográfica o socialmente, brindando espacios de aprendizaje.
«para el MCJ ha sido importante la inclusión ya sea educativa, social o cultural»
¿Ha cambiado esa concepción a través de los años?
Esta concepción de aprendizaje en ámbitos informales y no formales se ha ido afinando con los años. Desde un comienzo muy intuitivo sobre el problema del campo educativo en el MCJ, que está inicialmente supeditado al campo comunicativo hasta ir afianzándose y entender que en estos ámbitos un acto comunicativo es también un acto educativo y viceversa.
¿En que consiste el modelo de la caja negra y la caja blanca?
El modelo de caja negra es muy extendido en los museos que suponen que, por ejemplo, si tienen un computador cuyas cubiertas son traslúcidas ya logran introducir a las personas en el universo de los pcs. La caja negra supone que su interior es un misterio, el problema sería ¿Cómo abrir la caja negra? Allí hay toda una perspectiva expositiva interesante, pero poco se ha hecho realmente en este camino.
El problema de la inclusión educativa y social no es ajeno al diseño, de tal forma que parte de los mensajes que queremos construir están en el tipo de diseño que utilizamos y que hemos denominado de caja blanca. Su trasparencia permite abarcarlo visualmente, ver sus estructura y partes componentes. Es un diseño que permite ser explorado y manipulado, de ahí encontrar sus diferentes formas de uso. Con el propósito de lograr una cercanía que permita la exploración, la caja blanca utiliza elementos tangibles de la vida diaria, tales como objetos cotidianos e intangibles, como las dimensiones promedio de los muebles que nos rodean. Además, se utilizan mesas como parte de los montajes. Ellas siempre han convocado a la conversación. Uno de los mensajes que el diseño de caja blanca envía constantemente es cópiame.
¿Es o debe ser diferente el modelo educativo de un museo expositivo que de un centro de ciencia y tecnología?
La noción de museo interactivo trata de superar la división aparente entre los museos de objetos y los centros de ciencia y tecnología. En unos se maneja el patrimonio material (los objetos) en los otros se maneja el patrimonio inmaterial (las ideas). Los dos tipos de museos son ámbitos de aprendizaje informal y no formal y son utilizados como apoyo a la educación formal. Cada museo en su singularidad debe utilizar el patrimonio que esté a su alcance para construir su política educativa y de ahí derivar sus modelos educativos. Lo más importante es tener una política educativa que permeé las diferentes actividades del museo y no sólo al departamento de educación respectivo. Debe recordarse que los museos tienen que contribuir con la formación de ciudadanías.
¿Cómo debería ser la capacitación de los guías centrada en la educación del museo?
Primero se debe tener claridad que el museo no es un sustituto de la Escuela. En el marco de estas reflexiones, la exposición como espacio de aprendizaje informal exige unos roles especiales al guía o mediador que van desde la concepción de mediador pedagógico fuerte (educación no formal) a mediador pedagógico débil (educación informal). Sea lo que sea, el guía debe tener un buen manejo de público ya que él es la carta de presentación del museo y en esta calidad debe ser una persona cuyas opiniones deben ser tenidas seriamente en cuenta.
¿Cómo se esta celebrando los 25 años del MCJ?
Tenemos una programación de eventos que se inició en octubre con el Taller sobre estudios de público que dirigió la Dra. Carmen Sánchez, de la UNAM, México. Sigue con la V versión de la Escuela Latinoamericana de Museología de las Ciencias a realizarse en el MCJ los días 25, 26 y 27 de noviembre sobre los temas mediaciones y juego. La revista Museolúdica sacará un número dedicado a los 25 años. Ya en el 2010, continuaremos con la celebración con la exposición Bicentenario: Juegos y juguetes con su correspondiente maleta y desarrollaremos una pequeña maleta de juegos que hemos denominado Formas crudas de ciencia y juego. Por supuesto que entramado con esto y como dice la poesía habrá francachela y habrá comilona.
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